Hello, I am a jewelry artisan since 2006. I never take a class to do this. I just tend to think outside the box and color outside the lines. My creations are distinctive in style just for make you feel and look very unique. I love playing with color, texture and what is telling me the materials, specially the wire. I like to use aluminum, copper and silver wire. Also I love to use sea glass and the most beautiful beads and seeds from my town. I also receive inspiration of the Free Bohemian Style, Funky Style, Gypsy Style, Eclectic Style and a touch of Old Hollywood Glamour Style. My love of nature, passion for the arts and spirit for life pours through each design. I love to create, to use my God-given talent in order to bring beauty, light and inspiration to the world.

El Mito sobre la creación del mar

Comparto con ustedes un fragmento de lo que Fray Ramón Pané escribió sobre la literatura oral de los indios taínos en la Relación acerca de las antigüedades de los indios, las cuales, con diligencia, como hombre que sabe la lengua de ellos, las ha recogido por mandato del Almirante, 1498.

El Mito sobre la creación del mar: 

Yaya vivía con su esposa y su pequeño hijo Yayael, que era obediente y hacía todo lo que se le pedía. Pero Yayael fue creciendo y al llegar a la adolescencia a menudo no estaba de acuerdo con lo que su padre, el gran espíritu, le decía.

Se convirtió en un insolente y egoísta que sólo quería hacer su voluntad y comenzó a tener sentimientos adversos hacia su padre hasta llegar al punto en que su deseo era verlo muerto.
Yaya acabó por enfurecerse:
-Márchate de casa inmediatamente y no regreses hasta que pasen cuatro lunas -le ordenó afligido.

Para su regreso la situación no cambió, y en un estallido de cólera Yaya mató a su hijo. Arrepentido y lleno de remordimientos, recogió los huesos de su hijo y los metió dentro de una calabaza ahuecada que colgó del techo de su cabaña.

Un día, pasado el tiempo y sin encontrar consuelo, tuvo deseos de ver a su hijo. La mujer de Yaya descolgó la calabaza y maravillados vieron que los huesos de Yayael se habían convertido en peces, eran muchos, por lo que decidieron comer algunos. Pero no se acaban nunca, mientras más comían, más aparecían.

Una noche, cerca de la cabaña de Yaya, se oyó un alarido seguido de otros tres. Itiba Cahubaba, la Madre Tierra, acababa de parir cuatro criaturas, cuatro gemelos sagrados. El primero era de piel muy áspera -Deminán Caracaracol-, curioso y temerario, al que sus hermanos imitaban y seguían a todas partes.

Enterados de lo que ocurría con los huesos de Yayael, aprovechando una ausencia de Yaya, descolgaron la calabaza con intención de comerlos. Deminán escucho ruidos que le indicaban que Yaya se acercaba, en el apuro de volver a colocarla en su sitio, se cayó al suelo y se rompió.

Y en ese momento como cuenta Fray Ramón Pané: "Dicen que fue tanta el agua que salió de aquella calabaza, que llenó toda la tierra y con ella salieron muchos peces; y de aquí dicen que haya tenido origen el mar".

-Capítulo 10

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